No pudo transmitirme mejor la fiesta a la que había ido la noche anterior. Con una vista preciosa de la ciudad, parecía una película. "Nadie puede echar de menos a alguien en un momento así", pensé.
- Pero sólo son minutos al día.
- Ya, pero me alegro, después van a ser días enteros en que no me vas a echar más de menos. Mucho mejor así, encuentro.
Entendí porque me escribió tanto menos durante la semana, y me dejó medio tranquilo.
En eso suena una alarma de incendio.
- ¿Qué pasa?, no me cortes.
- Está sonando la alarma de incendios, hay unas personas evacuándonos.
- Ya qué onda la película.
- No te quiero cortar.
- No, no me cortes.
Estaba ya afuera a salvo. Se escuchaban sólo voces en inglés. Jóvenes, ríendose en inglés. La señal se fue y la llamada se cortó.
Por whatsapp me dijo en una línea (en dos palabras) otra vez lo que sentía por mí
Y en otra línea que ya no volviéramos a hablar. Que a ninguno de los dos nos servía.
Me pareció claro, me pareció bien.