Me cuesta. La próxima vez que tenga que compartir un espacio con gente como la de hoy en Espacio Riesco, al gorro de mi chaleco canguro le agregaré gafas y personal estéreo (el otro día le pregunté a unas niñas de 9 años ¿saben lo que es un personal estéreo? me fui de raja, no lo cachaban).
Lejos uno de los más flaites hoy, yo.
El año pasado cuando fui solo a un partido de la U en el Nacional, haciendo la cola en la entrada unos locos de la barra me preguntaron.
- Olle pelolái´ a cuantostá la galucha pa' socio.
Pero entonces me cagué de la risa (pa' callao sí, porque me daba miedo reirme en su cara). Así y todo, creo que me siento más cómodo entre flaites genuinos que con gente con mucha plata o con ganas de aparentar tenerla.
Las piernas perfectas y culos apretados de las promotoras en sus pantalones blancos ajustados (me carga cuando dicen que eso es un trabajo, es como reirse de la gente que trabaja), algunas caras violentamente preciosas, escotes de tetas duras, todo eso no sé, no me acomoda. Quizá es porque por un segundo es como si me sintiera inferior.
Escuchar conversaciones en que lo importante no es escuchar sino que te escuchen. Y te vean. Que el viaje a Barcelona, que la cantidad de dinero que me gasté en las vacaciones.
A veces pienso en cómo serán las penas de esas personas. Si se encuentran consigo mismas de verdad en algún momento o el autoengaño es hasta el final. Y volviendo a las promotoras, es verdad que todas esas minas ricas (ricas, para el común de los hombres imbéciles) cuando carretean nadie las saca a bailar por inalcanzables, o que en algún momento existencial de sus vidas (existencial al estilo Osho), les falta alguien profundo a su lado.
Tampoco es que sea algo muy importante. Reflexiones por esperar dos horas a Anthony Bourdain sin un libro, ipod o amigo.
Qué hue'ón más simpático.
- Por favor viajen. Si pueden hacerlo, no dejen de hacerlo.
Llevo un par de meses pensando en dejar de ser vegetariano (en dos semanas cumplo seis años being it) y la charla de hoy fue un empujón más en esa dirección.
Cuando venía en el auto de vuelta (cama y auto compiten por ser el lugar donde más pienso) sentí la misma sensación extraña tras ver a The Strokes en vivo.
Algo así como "es un ser humano igual que yo, nada tiene de especial aparte de hacerme sentir humano". Quizá por eso me cargan también las groupies. Qué seres más detestables.
Sensible culia'o yo.
Ya oh. Me voy a hacer la maleta.
Mi avión a Montevideo sale en diez horas.