27.9.13

hacerme más liviano

Madrid lanzó el triple en los últimos segundos y no entró. Perdimos por 2. 

Era contra el Saint George. Juego por Providencia y nuestro grito es "Nuea!", como en una especie de homenaje a Nueva Providencia.

Cuando me bajé en la gasolinera a comprar algo para comer me juraba bacán. Con los shorts, la transpiración y las zapatillas de basquet. Todavía tengo la camiseta puesta. 

Es viernes, son las 11 de la noche y sin darme cuenta el único panorama que tengo es esperar al sábado y sus partidos de fútbol de la liga inglesa o española.

Me vine a la oficina (que queda a dos cuadras) porque hace tres años que decidí no tener internet en la casa. Al principio decía que era porque ya pasaba todo el día en la oficina conectado. Ahora no sé por qué es. Entre la paja de pagar las 30 lucas mensuales y esta idea de que pronto me voy a cambiar.

No quiero seguir viviendo en el depto en que viví con mi ex. Fue más de un año y hace un mes terminamos. Lo he ordenado obsesivamente todos los días (lo que casi nunca hacía). Cambié el estante de los libros. Cambié el orden de los libros. Me tomó un rato cachar que lo que faltaba no era ajustar ningún mueble culiao, sino que simplemente era que ella no estaba no más.

Así que por eso me quiero cambiar.

Y entre tanto orden que hago, empecé a botar cosas, porque cada vez que me he cambiado de casa, siento que transporto cajas de nada. Así que apenas me pongo un poquito leso, me paro y empiezo a botar cosas a la basura, para hacerme más liviano.

Han aparecido hartas cosas. Un diario de vida cuando cumplí 20. En realidad es un diario de viajes, porque sólo escribo en papel cuando estoy de viaje.

Empieza en Hamburgo y termina en Bolivia. Me fui a acostar a leerlo y me lo terminé tipo 4 am (me estoy durmiendo todos los días después de las 3 am). En Bélgica me gustaba Anne Sophie; en Finlandia Suvi. Y me pegué un jugo sobre el amor y el futuro, igualito y sin madurar, al que estoy hoy. 10 años después, con 30.

"Los hombres nunca maduran", no me acuerdo quién lo dijo. Qué lata que pueda ser cierto.

Voy abriendo cajas y decidiendo qué botar y qué guardar. Me acuerdo de porqué decidí guardar cada cosa e intento aplicar un criterio más duro esta vez. Me cuesta, pero le mando no más, total, sé que después me voy a sentir mejor y lo que es mejor aún, se me va a olvidar.

No quiero tener muchas cosas. Quiero andar más liviano en todo sentido. No me he comprado auto (raro igual) sólo una bici medio hipster, pero que me gusta. Delgadita, roja y blanca. Tampoco me he endeudado con hipoteca ni nada. Mis amigos más racionales no lo entienden. Dicen que si después quiero irme de Chile lo dejo arrendando y listo, pero a mí simplemente me parece un cacho. Un peso. Aún cuando después sea cada vez más caro tener un depto en Santiago. No quiero tener no más.

Y sobre el auto, los tacos están muy ordinarios (por eso vivo a dos cuadras de la oficina). Creo que es una ordinariez, una brusquedad, una falta de sensibilidad tomarse más de 35 min para ir a la pega. Mi frase cliché que suelto siempre es "o me cambio de casa, o me cambio de pega, pero jamás más de 35 min en un taco".

Este año conocí a alguien que me dijo: "yo soy más bien un hombre de servicios que de productos". Me encantó. 

Así que así estoy.

Como hace 10 años.

Conocí más países, estuve con más mujeres, pero tengo más o menos la misma cantidad de cosas.

Y ya no juego muy bien basquet. 




leen