Antes de apagar la luz e intentarlo, twiteé algo así como "qué frustrado me siento por tener una creatividad que no se la puede con la cesantía de mi mamá".
No puedo dormir por eso quizá. Tiene 62, y cuando se ríe parece de 30. Es muy simpática mi vieja. Y fuerte. La despidieron hoy día y difícilmente vuelva a trabajar. Su jubilación da un poquito de risa y yo me angustio también un poquito.
Qué mierda que es vivir a veces. Ser empleado toda tu vida, de la empresa que sea, del Estado, da igual. Qué mierda es que te llegue la fecha de vencimiento, la edad en la que te desechan.
Más terrible es morirse, pero limitándonos a lo humano, al día a día (en que pocos son los que piensan en que van a morir)... cuánto sentido adquiere el tener una vida con sentido. Respetuosa de tu pareja. Del otro.
No quiero que mi vieja se muera. Y yo sé que sin trabajar las personas mueren un poquitito. Estoy angustiado también porque no sé cómo voy a solucionar eso yo, cuando yo sea el de 62. Con mi vieja, enterrada quizá (pensarlo me duele).
Hueón, no me quiero morir.
Llevo todo el semestre haciendo clases en una universidad, en que les digo casi que semana a semana a los alumnos: "se van a morir", "se van a morir", "hagan algo que realmente valga la pena porque se van a morir". Y parece que de tanto repetirlo (y ellos de reírse) como que le había quitado el real peso de lo que significaba pa´mí.
Hasta hoy en la noche, claro.
Que son las 2:52, escribo lento y no puedo dormir.