Él pidió un café turco, yo una coca.
- Qué buena idea, ya me la estoy imaginando. Podría ser un videoclip. Sería muy bueno.
Me dio el dato de un software de descarga libre para escribir guiones celtx.com que ya empecé a intentar aprender a usar. Parece sencillo.
Probablemente nunca haga el videoclip.
Quería más bien que fuera un corto entretenido (sonrío cuando pienso en él, así tanto me gusta) pero de todas formas lo comentaré con un amigo que tiene una banda.
Pablo me contó que estaba terminando de editar y arreglar el sonido de su primera película (él tiene 24) y que sin embargo ya había sido seleccionada para la muestra de cine de Rotterdam así que en enero se va 10 días a Holanda.
Cuando me lo dijo y cinco segundos antes de que me lo dijera seguía siendo el mismo Pablo pero yo ya no podía seguir mirándolo como mi amigo del colegio, aún cuando me hubiese acostumbrado a su estilo andrógino artístico desde que entramos a la universidad (cada uno a su carrera). No. Ahora estaba hablando con lo que llaman un director de cine que estrenará su peli en Europa.
Pensaba en que perfectamente yo podía ser un periodista entrevistándolo y admirándolo.
Tomé un poco de coca cola y volví a la normalidad de nuestra amistad. Era Pablo no más. Ni menos.
Me contó que su segundo trabajo sería filmar a unos chicos biólogos que se iban dos años a Tierra del Fuego a cazar castores.
En los años 50 a algún gringo estúpido se le ocurrió llevar parejas de castores que al no tener depredadores naturales han plagado Tierra del Fuego, siendo lo más dañino las represas que se arman y lo inundan todo matando bosques nativos enteros.
Estos dos chicos que son pololos (él me recordó a Christopher McCandless) se van en la volada survivor y Pablo a lo más Grizzly Man los quiere filmar.
Será en septiembre probablemente, y yo que hace tiempo quiero ir le dije que me sumaba.
- Para carretear un rato.
- No poh, sé el productor.
- Oka, considérame en tu lista de gente y conversamos.
Probablemente nunca vaya a participar de esto.
.
